Ayer fue súper bueno el final del Ramadán,
comiendo las chicas que nos atrevimos a hacerlo y los chicos de aquí juntos en
una sala pequeñita que utilizan como despacho.
Esperando con la comida delante,
los vasos ya con agua… y de repente suena el rezo por las calles. Era como el “¡A
comer!” que chillan los padres en todas las casas. Todos de golpe con las manos
en los platos; literal lo de las manos. Nosotras brindando y ellos riéndose.
Muchas risas y felicidad. Contándonos
que lo bueno del Ramadán, a parte de la experiencia de ponerse en la piel de la
persona sin recursos, son las reuniones familiares a la noche. Como las
navidades para nosotras, para que mentirnos.
Fue especial.
A de más, hoy hemos celebrado la
fiesta del Eid al Fitr, la fiesta del final del Ramadán. Hemos ido a desayunar
a casa de una familia que nos ha acogido muy cariñosamente. Una cantidad de
comida espectacular, un salón precioso con todas las paredes con sofás, mil
cojines y una gran alfombra en el suelo.
Lo único que no nos ha gustado
era que únicamente nos sirvieran la comida las mujeres, y que la actitud de los
hombres dejaba bastante que desear.
Después hemos ido a un rio
cercano. Genial. ¡Qué bien sienta meter los pies, hacer un poco el cabra y
hacer unas buenas fotos!
Para la comida nos hemos parado
en un pueblecito, en una zona muy verde donde hemos comido el cuscús típico de
este día preparado por la súper familia que nos ha acogido hoy, y finalmente
nos hemos estirado en la hierba verde a relajarnos un rato.
Simplemente queda decir que con
este grupo se está espectacular. Planeando de mil maneras volvernos a ver en
España o en cualquier otro lugar del mundo.
Luego hemos llegado al bosque de
cedros. La verdad es que creo que todas nos esperábamos algo más; pero ha sido
divertido jugar con los monos, ver cómo tiraban de los pantalones de
algunas e incluso como le quitaban a una
la bolsa entera de cacahuetes directamente de la mano.
La verdad es que estoy ya
cansada, me toca ir a la cama que mañana hay excursión al desierto. ¡Dos días non
stop! No me llevaré la libreta… Así que a ver que escribo a la vuelta. Y a ver
si tengo fuerzas.
De momento ya preparada para lo
que venga, con tutorial de cómo ponerse un turbante incluido hoy gracias a uno de los chicos. Una pena que
sólo nos puede acompañar al final uno de los coordinadores… Una decepción para
muchos hoy.
Y antes de ir a dormir me pongo
aún más nerviosa. ¡Cómo si no fueran suficientes los nervios de saber que al
día siguiente verás por primera vez en tu vida un desierto! (Uno de esos puntos
que están en tu lista mental de “Cosas que hacer antes de morir”.) ¿Por qué me
he puesto aún más nerviosa? Por enseñarle mis pensamientos a alguien. Por
enseñarle a una de las chicas mis venazos de escritura, mi querido blog.
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