sábado, 30 de julio de 2016

Día 5. Marruecos 2016.

   Esta tarde, después de otra mañana intensa ayudando en el proyecto de pintura, ha tocado excursión a la montaña. Después de la clase de árabe, claro.

   No esperábamos menos, solo salir a la calle ya estaban todos los niños siguiéndonos; han subido con nosotras.

   Unas vistas preciosas del pueblo, junto a una compañía difícil de mejorar; una combinación perfecta. Respirar profundamente en todo lo alto de la montaña, con risas de niños y voluntarias de fondo, mientras el sol empieza a caer…. No tiene precio.

   Al bajar la montaña un niño me ha preguntado si estaba bien porque me ha visto detenerme y mirarme las piernas (¡Lo ha dicho en árabe y le he entendido!). Son una monada la mayoría, muy cariñosos, se preocupan un montón, no paran quietos, se apuntan a todo y hacen mucho caso a la mínima que les llamas la atención por estar haciendo alguna travesura. Como en todos lados claro que hay el típico niño chulito, pero muy pocos, y unas cuantas niñas súper coquetas.

   En algún momento te das cuenta de que alguno de ellos es un poco machista, lo que ven en casa. Pero es un pequeño porcentaje, que aumenta un poco con la edad. Hablando, observas que no todos tienen esa percepción aunque algunos sí que lo detecten.

   Por otro lado, hay mujeres muy contentas y felices con su vida de ama de casa, su forma de ser y pensar. También nos han comentado que muchas no únicamente se encargan de la casa, niños, etc. Hacen más cosas. Pero…. ¿El hombre ayuda en casa? Eso es otra cosa, eso es menos habitual; aunque existe. Por ello cuando sales a dar una vuelta por los pueblos a según qué horas no ves prácticamente a mujeres; porque están cocinando para la comida, para la cena…

    Y ahora, después de explicarnos los chicos las tradiciones y la cultura de la zona, toca irse a dormir. Con tanto debate en mi cabeza, más el que ha habido en la sala, tengo la cabeza que me va a explotar.

   Realmente hay conceptos de la religión que me han sorprendido. Que esté permitido el divorcio, y que lo pueda decidir la mujer. Que el origen de casarse con hasta tres mujeres viniera de poder ayudar cuando había muchas niñas que necesitaban como ser “adoptadas”, que ahora no tienen esa mentalidad. Y en el caso de que se quiera casar con más de una la primera mujer tendrá que haber aceptado en el momento de casarse que el hombre se podrá casar con otras.

   Pero claro, ¿Por qué se ha de tapar la mujer? A más tapada, más respeto a Dios. Aunque los chicos ya nos decían que se sabía que  muchas muy tapadas eran “religiosamente poco correctas” y en cambio, algunas que no se tapaban sí que podían ser correctas. El postureo de toda la vida.


   Así que me voy a dormir, con una reflexión aún no muy definida a cerca del machismo en estos lugares. Al final será más tema cultural, y de que cada uno interpreta las religiones como les da la gana… 

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